5 sept 2012
Inspiración
Pequeñas gotas de agua salada caían de mis ojos recorriendo mis mejillas hasta mi barbilla donde caía a las teclas del piano que mis dedos acariciaban con lentitud tocando un suave y nostálgica melodía. Inmediatamente comencé a pensar en él, su rostro, sus ojos, aquella sonrisa amable que surcaba sus labios, esa voz que siempre me tranquilizaba... Sin poder evitarlo suaves sollozos escaparon de mis labios pero seguí tocando la melodía que tanto me recordaba a esa persona a ese hombre...
Ese hombre me había robado el corazón con una inteligencia digna de admirar, con principios que hoy en día escasean en el mundo, con palabras amables, con chistes tontos que me hacían sonreír y hasta reír en momentos de dolor y sufrimiento, con aquella preocupación que hacía nacer en mi corazón la ternura que hace mucho no sentía...
Si, me había enamorado perdidamente de él
Mi vida, mi corazón, mi luz...
Dejé de tocar y vi todo negro al perder la consciencia...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario